Los conflictos que se suscitan en el marco de las relaciones de familia, en especial, los relativos a los vínculos de las parejas que deciden separarse, en muchas ocasiones dejan la intimidad de esa relación y se extienden a los hijos menores de edad.
En efecto, los adultos que formaron una familia y tienen hijos, al momento de separarse, muchas veces toman a los hijos de «rehenes», olvidando los deberes emergentes de la ley y las necesidades de los niños de vincularse con ambos padres.
Nuestra experiencia forense nos señala que, en muchas ocasiones – lamentablemente cada vez más- la perspectiva de género que adecuadamente se está instalando en nuestra sociedad, en variadas ocasiones importa el abuso de esa situación, pues existen centenares de madres que impulsan falsas denuncias, penales y civiles, para «borrar a papá», sin advertir el grave daño psicológico que esta situación genera en las niñas, niños y adolescentes y que ello es contrario el interés superior del niño.
Lo más lamentable de esta particular situación es que los protocolos de trabajo de los órganos del Estado creados para proteger a los niños, parten del sojuzgamiento del sindicado violento y la escucha de los papás, deja de ser activa, generando una fuerte violencia institucional, aún desde Juzgados de Familia que se suponen especializados en la temática.
Ante la queja de que la madre impide el contacto del padre con el hijo, la institución Juzgado minimiza la cuestión y niega las medidas de prueba que pueda arrimar el padre violentado, posicionando a este progenitor en un claro estado de indefensión.
Es que se torna una clara violación al art. 16 de la C.N., brindándole más y mejores derechos a las madres que a los padres, cuestión que requiere de un urgente cambio de paradigma. Nuestro Estudio está trabajando, desde un enfoque interdisciplinario, junto a los papás que atraviesan esta desesperante situación, tarea no fácil que lleva tiempo y mucho esfuerzo, principalmente, emocional. Sin embargo, los niños, niñas y adolescentes -verdaderas víctimas de este flagelo- merecen tal trabajo.

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